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Alginato en Odontología: ¿para qué se usa? ¿En qué tratamientos recurrimos a él?

 

 

Aunque no lo conozcas por su nombre, es muy probable que estés más familiarizado con este material de lo que crees.

Y es que, seguramente, en tus visitas al dentista a lo largo de los años te hayan tomado impresiones alguna vez.

El alginato es esa pasta -de múltiples colores y sabores– que se coloca en una cubeta, se introduce en la boca del paciente y sirve para obtener un molde de sus dientes.

A continuación, vamos a realizar una definición más detallada de este material.

 

 

¿Qué es el alginato?

 

El alginato es un polisacárido que se extrae de las algas que se encuentran en mares y océanos.

Además, este material destaca por ofrecer una gran variedad de usos.

Para que nos hagamos una idea de su versatilidad, podríamos contar que el alginato es utilizado tanto como espesante para cremas o detergentes como para llevar a cabo una técnica de la cocina moderna conocida con el nombre de esferificación.

Sin embargo, una vez mencionada su diversidad de usos, en este artículo vamos a centrarnos en la aplicación del alginato en el sector de la Odontología.

 

 

 

¿Para qué se utiliza el alginato en Odontología?

 

En Odontología, el alginato se utiliza para realizar impresiones dentales de la boca del paciente.

De esta manera, obtenemos una réplica de su dentadura que sirve tanto para planificar los tratamientos como para fabricar cualquier tipo de prótesis.

A continuación, vamos a detallar cuándo utilizamos el alginato en las clínicas dentales:

Tratamientos de ortodoncia

 

El alginato se utiliza para llevar a cabo cualquier tratamiento de ortodoncia (alineadores Invisalign, ortodoncia lingual Incognito, brackets de zafiro, brackets metálicos…).

La toma de impresiones se realiza en la fase inicial de estudio, es decir, aquella que tiene como objetivo planificar el tratamiento para posteriormente colocar la ortodoncia.

De esta manera, el ortodoncista contará con una réplica de la boca del paciente, lo que le será útil tanto para valorar la posición inicial de los dientes como para planear los movimientos que desea llevar a cabo en ellos.

Y, además, las impresiones servirán para diseñar y fabricar aparatos que se crean de manera personalizada para cada paciente.

Los principales ejemplos de aparatos que se fabrican a medida de cada persona son los alineadores Invisalign, los brackets linguales Incognito y los retenedores removibles.

 

 

¿Cómo se utiliza el alginato?

 

A continuación, vamos a detallar cómo usamos el alginato en nuestra clínica dental para obtener los modelos de la boca de los pacientes.

Mezcla del alginato

 

En Odontología, el alginato se adquiere en forma de polvo.

Una vez que tenemos el polvo, éste debe ser mezclado con agua. De esta manera, obtendremos la textura adecuada para realizar la impresión.

En nuestra clínica, contamos con una máquina mezcladora que realiza el proceso de mezclado de manera mecánica.

Si no se dispone de dicho aparato, será necesario realizar la mezcla de manera manual con la ayuda de un recipiente y una espátula.

Aunque ésta también sea una manera correcta de hacerlo, lo cierto es que el procedimiento manual es mucho más lento e incómodo que el mecánico.

 

 

 

 

 

 

 

Elección de la cubeta de impresión

 

Antes de tomar la impresión, se debe elegir la cubeta más adecuada para el paciente teniendo en cuenta las dimensiones de sus arcadas (superior e inferior).

Toma de impresiones

Una vez que contamos con la cubeta de impresión, la introducimos en la boca del paciente y le pedimos a éste que cierre la boca.

Tras esto, esperamos unos segundos a que el material se endurezca y retiramos la cubeta de la boca.

 

 

 

Vaciado de impresiones

 

Una vez que hemos tomado el molde, es momento de vaciar la cubeta.

En líneas generales, podemos decir que este procedimiento transcurre a la inversa que el llevado a cabo para obtener la mezcla de la impresión.

Para realizar este proceso, en primer lugar, debemos mezclar yeso con agua. Posteriormente, batimos la mezcla.

A la hora de batir la mezcla, nos apoyamos en una nueva máquina: la vibradora de escayola.

Con ella, vibramos la mezcla de yeso y agua. De esta manera, eliminamos cualquier burbuja o grumo que pueda haberse formado.

Al igual que en el caso anterior, el procedimiento de mezclado puede realizarse de manera manual. Sin embargo, es más lento y menos cómodo.

Una vez que la mezcla ha adquirido la consistencia adecuada, rellenamos la cubeta en la que tenemos el molde del paciente.

De esta manera, la mezcla de yeso y agua irá cubriendo la réplica de la dentadura.

Cuando hemos rellenado completamente el molde, lo dejamos reposar 15 minutos para que se seque.

Pasado ese tiempo, separamos la mezcla endurecida de yeso y agua de la cubeta.

El modelo en yeso que obtengamos será la referencia que utilizaremos para recrear la dentadura del paciente.

Y, con ello, planificar sus tratamientos y fabricar los aparatos de ortodoncia o prótesis dentales que necesite.

 

 

 

 

 


 

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