La caries rampante es especialmente frecuente en bebés que aún toman biberón.
En contra de la creencia popular, las caries pueden darse también en los dientes de leche, y es que es una de las afecciones bucales más comunes.
Por eso, es fundamental tener unas buenas rutinas de higiene desde las edades más tempranas, puesto que las caries aparecen en cuanto los primeros dientes empiezan a erupcionar.
Toda caries, ya sea rampante o no, es una lesión de la estructura dentaria cuyo origen está en los ácidos que desprende la placa bacteriana.
En caso de no eliminar debidamente los restos de comida, los agentes patógenos terminan solidificándose y se convierten en sarro.
Durante su fase inicial, la caries comienza dañando el esmalte de las piezas.
Pero si no se realiza un empaste dental a tiempo, afecta también a la dentina e incluso a la pulpa dental, comúnmente conocida como nervio.
¿Qué es una caries rampante y cómo se diagnostica?
Hablamos de caries rampante cuando las piezas dentales perjudicadas son temporales –dientes de leche– de niños cuya edad oscila entre los 6 meses y los 4 o 5 años.
Se trata de un tipo de lesión cariosa muy agresiva, ya que el daño de la estructura dentaria avanza con mucha rapidez.
En los casos más avanzados, es habitual que se produzca la fractura del cuello dentario o parte cervical, es decir, la zona del diente más próxima a la encía.
Diagnóstico de la caries de biberón
En un inicio, podremos observar la incidencia de este tipo de caries en la dentadura de nuestro hijo cuando aparezcan una serie de manchas blancas.
Con el paso del tiempo, tienden a oscurecerse y a volverse amarillentas e incluso marrones.
Causas: ¿por qué sale la caries rampante?
Son dos los principales factores que tienen repercusión en la aparición de caries en piezas temporales:
- Una higiene bucodental deficiente o incorrecta.
- Una dieta con un alto contenido en carbohidratos fermentables, especialmente azúcares y lácteos.
Es por esto que los dentistas inciden en la importancia de inculcar a los pequeños de la casa la relevancia de la limpieza oral diaria.
No solo es importante cepillarles los dientes a nuestros hijos/as, también hay que evitar algunos malos hábitos dentales, que repercuten directamente en la formación de la caries rampante:
- La práctica -más común hace unos años- de mojar el chupete o la tetina del biberón en azúcar, leche o miel para tratar de adormecer al bebé.
- La mala costumbre de que el niño se quede dormido con el biberón en la boca, especialmente si contiene una sustancia azucarada, como leche o zumo.
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