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¿UN BULTO EN LA ENCÍA?


La presencia de un bulto en la encía suele generar preocupación, especialmente cuando aparece de un día para otro y va acompañado de pus, dolor o irritación.

Existen muchos tipos de bultos en las encías. Y, por ese motivo, estas “bolitas” inesperadas también cursan con distintos síntomas.

Sin embargo, lo más habitual es que estén causadas por una higiene oral insuficiente.

¿De qué se trata?

Tal y como su propio nombre indica, un bulto en la encía es una inflamación que aparece en esta zona de la boca.

Dado que hay diferentes tipos de bultos, estos presentan distintos aspectos y síntomas. Por ejemplo, pueden ser blancos o rojizos, blandos o duros y cursar con o sin dolor.

Además, algunos de ellos, por su origen infeccioso, están formados por pus.


Tipos de bultos en las encías

A continuación, vamos a explicar los tres más comunes: el fibroma, la fístula y el absceso.

1. Fibroma

Los fibromas son unas “bolitas” que tienen una consistencia dura y redonda. Además de en la encía, suelen aparecer en otros lugares de la mucosa de la boca (zona interna de las mejillas, lengua o labios).

Los fibromas tienen su origen en un factor irritativo. Por ejemplo, es frecuente en personas que llevan brackets, cuyos componentes metálicos rozan.

Y también, en pacientes que usan una prótesis removible (dentadura postiza) que está mal ajustada.

Es decir, si la dentadura postiza no se ajusta correctamente a la boca del paciente, se mueve y produce irritación.

Al contrario que otros bultos que aparecen en las encías, el fibroma es una lesión que no está causada por una infección.

Por tanto, no se debe recurrir a antibióticos para tratarlo. De hecho, existen dos maneras de abordar el fibroma:

  • Realizar una pequeña cirugía: se lleva a cabo una intervención muy sencilla, en la que se extirpa el bulto.
  • Eliminar el factor de irritación: si la causa del fibroma son los brackets metálicos, se debe recurrir a cera de ortodoncia para evitar que provoquen heridas. En el supuesto de que el bultito se deba a una dentadura postiza, será necesario que el dentista reajuste la prótesis.

2. Fístula

A diferencia de los fibromas, las fístulas son lesiones en la encía que sí tienen un origen infeccioso.

De hecho, el propio bultito se debe a una acumulación de pus.

Esta infección, que puede deberse a diferentes causas, deberá ser tratada mediante antibiótico.

A continuación, vamos a repasar cuáles son las cuatro principales causas de la aparición de fístulas.


Caries dental

Si una persona no se cepilla correctamente los dientes, tendrá un alto riesgo de desarrollar caries.

Si, además, esta caries no se trata mediante un empaste, avanzará hasta la pulpa (parte más interna del diente).

Con ello, originará una infección en la raíz de la pieza dental.

Este tipo de bulto ocasionará un dolor agudo que será necesario tratar, en primer lugar, con medicación antibiótica.

Y, una vez que la infección haya sido controlada, el dentista deberá determinar cuál es el tratamiento más indicado para retirar la caries y eliminar todas las bacterias.

El tratamiento más habitual es el empaste u obturación. Sin embargo, si la caries es muy profunda, el odontólogo deberá realizar una endodoncia.


Periodontitis

La periodontitis -también llamada piorrea- es una enfermedad de las encías que también se origina por una higiene bucodental insuficiente.

Es decir, si los restos de alimentos no se eliminan tras las comidas, las bacterias aparecerán en la boca.

Para abordar los bultitos infecciosos ocasionados por la periodontitis, el dentista pautará, en primer lugar, un tratamiento antibiótico.

Y, una vez superada la infección, procederá a realizar una limpieza exhaustiva de la boca mediante un curetaje dental.

Con ello, se eliminarán las bacterias presentes en la cavidad oral.


Endodoncia

La endodoncia es un tratamiento que, en la inmensa mayoría de los casos, se lleva a cabo con éxito.

Sin embargo, hay ocasiones en las que la zona, por un error cometido durante el procedimiento, se infecta.

De nuevo, el dentista deberá recurrir a antibióticos para tratar la infección. Y, una vez dicha infección esté controlada,  tendrá que planificar una reendodoncia en el diente afectado.


Erupción de las muelas del juicio

Cuando los cordales comienzan a salir, también es posible que aparezcan unos bultitos alrededor de la encía.

Esto se debe a la presión que realiza el molar para salir. Si no cuenta con espacio suficiente, o tiene una posición incorrecta, podrá causar una herida que se inflame e infecte.

Ante esto, el dentista podrá planificar la extracción de las muelas del juicio.


3. Absceso gingival

Los abscesos gingivales son una especie de granos de pus que aparecen en la encía. Al igual que las fístulas, tienen su origen en una infección.

Por ello, son relativamente frecuentes en personas que padecen periodontitis avanzada.

Dado el carácter infeccioso de este bulto o absceso, es imprescindible acudir al dentista para que paute un tratamiento antibiótico.

Una vez curada la infección con los medicamentos, se deberá realizar un curetaje. Y, con ello, se eliminará el resto de bacterias presentes en la boca.


¿Cómo prevenir estos bultos?

Como ya hemos apuntado, en muchas ocasiones, los bultos en la encía tienen su origen en una infección, que a su vez está provocada por una rutina de higiene insuficiente.

Esto significa que la mayoría de los bultos en las encías se podrían prevenir siguiendo unas indicaciones muy simples:

  • Cepillarse los dientes después de cada comida
  • Usar el hilo dental y el enjuague una vez al día (antes de acostarse)
  • Acudir una vez al año al dentista para que realice una revisión de boca, encías, dientes y labios
  • Someterse a una limpieza bucodental profesional con la frecuencia determinada por el odontólogo



Conclusiones

Una vez dicho todo lo anterior, es fundamental recordar que cualquier bulto o grano en la encía, por pequeño, indoloro o insignificante que parezca, debe ser revisado por el dentista.

De esa manera, el profesional podrá realizar un diagnóstico y determinar si el bulto requiere tratamiento.

Para detectar cambios o signos extraños en la cavidad oral, es fundamental que realices, con cierta asiduidad, una autoexploración de la misma.

De esta manera, podrás acudir al dentista lo antes posible y atajar el posible problema de manera temprana, lo que hace más fácil y rápido el tratamiento.

Eso sí, no trates, bajo ninguna circunstancia, de curarte el bulto por ti mismo, recurrir a remedios caseros o tratar de explotar la “bolita”.

Este tipo de acciones van, siempre, en perjuicio de la lesión y del posterior tratamiento profesional.



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